Melodies of life

El 29 de Abril de 2017 fue una fecha que recordaré para siempre. Este año se celebran muchas cosas. Es el 30º aniversario de Final Fantasy, el 10º aniversario de Distant Worlds, pero ante todo era la primera vez que este se celebraba en España.

No sabría decir con exactitud cuándo comenzó mi aventura en esta saga de videojuegos. Era tan solo un chiquillo que admiraba y se quedaba embobado con esos mundos de fantasía. Que se montaba sus propias historias en su mente dentro de esos universos. Que se emocionaba con cada noticia acerca de un próximo lanzamiento. Confieso que ahora de adulto sigo manteniendo toda esa emoción, que espero con ansias cada noticia, que he tenido mis más y mis menos con la saga. He sufrido cuando algo no me ha gustado, he disfrutado como antaño cuando algo me ha encantado. Lo que ocurrió aquel sábado no fue si no una sinfonía a mi vida junto a la saga de Final Fantasy.

El primer concierto en España tenía lugar en Madrid, en el Palacio de Vistalegre. A pesar de las inclemencias meteorológicas la cola se empezaba a acumular desde varias horas antes de la apertura de las puertas, y se alargaba cuanto más se acercaba el momento, llegando a rodear todo el recinto. Gente venida de todas partes del país, como el grupo de Valladolid a nuestro lado que amenizó la espera. Tras la espera miles de fans entrabamos deseosos de coger el mejor asiento posible para disfrutar al máximo de la experiencia. El momento había llegado, comenzaba el concierto y los vítores y aplausos enmudecían por momentos el inicio de la obra.

La piel de gallina y un escalofrío que recorría mi espalda desde la primera melodía, llegando a quedarme pegado al asiento casi sin respirar cuando comenzó a sonar "Liberi Fatali" como segunda obra. Conforme avanzaba el concierto, aquel niño que hay dentro de mí se emocionaba más y más.

-José, el chico de delante está llorando, dale un pañuelo - Me decía mi amiga a mi derecha. Se lo di, de hecho no fue muy complicado percatarme, pero era difícil mirar en alguna dirección y no ver a alguien a quien no se le saltasen las lágrimas.

Fue muy fácil llegar a la conclusión de que ese concierto no era una función a mi vida junto a Final Fantasy. Era de todos. Cada uno había tenido vivencias especiales, momentos únicos que habían compartido con alguna de las distintas melodías que sonaron a lo largo del concierto. Aquella noche todos éramos niños, y todos vimos nuestra vida avanzar desde que Final Fantasy llegó a nosotros hasta nuestros días, como maduramos junto a ellos.

El final llegó mucho más rápido de lo que hubiéremos deseado, pero es que si por aplausos del público se tratase la orquesta hubiese tenido que estar haciendo bises por los menos un par de horas más. Tocaba volver a la realidad, era hora de marcharse.

Habrá quien le ponga pegas al concierto, que si no tocaron su melodía favorita de su juego favorito. Alguno se quejó de la acústica. Que hubiese sido genial que Nobuo Uematsu hubiese estado presente en la primera gira en España. Sinceramente todo eso me da igual, las dos horas que pasé de concierto fueron inolvidables y las sensaciones y emociones que me transmitieron son inigualables por cualquier acontecimiento. Por lo que podría resumir mi experiencia en una breve frase redundante:

Distant Worlds me transportó a mundos lejanos.

Estoy deseoso de que haya un nuevo concierto, de volver a viajar con mis amigos hasta allá y disfrutar como niños. Contad conmigo para el año que viene. Doy las gracias a Arnie Roth por venir a España y dirigir este concierto y felicito a la orquesta por su excelente trabajo.